Una de las cosas que la Iglesia ha instaurado como una sana costumbre, es realizar pequeños eventos de evangelismo en los distintos sectores de nuestra ciudad, esto porque es un hecho que muchas personas no se acercan a los templos, ya sea por vergüenza, temor o lo que sea que se los impida, entonces con esto ya no hay excusa, la iglesia sale a la calle por ellos.
Obviamente realizar este tipo de trabajos nunca ha sido fácil, sobre todo porque nos metemos en un terreno en el que sabemos, no somos bienvenidos y no me refiero al lugar físico, sino al terreno espiritual de aquellos que no siendo parte de la iglesia, satanás ya siente como suyos.
La tarea comenzó a las 16hrs aproximadamente, guardando y cargando los equipos de sonido. Al llegar al lugar escogido, se descarga el escenario y se procede a su armado. Como pueden ver en las fotos no es trabajo liviano, cada tarima que lo compone tiene sus buenos kilos de peso y la base es de fierro.
Pero hasta el momento nos ha soportado con todos nuestros equipos por unos buenos años y de seguro lo seguirá haciendo sin problemas.
Una vez terminado esto se posiciona el telón que no sólo está de adorno, sino que además nos cubre del viento y que en esta oportunidad nos sirvió también para proyectar unas cuantas imágenes junto a las letras de las canciones.
Comienza el programa estipulado para una hora de duración y le gente tímidamente se acerca a observar, quiénes son estos locos que llegan a invadir el barrio con sus parlantes y su ruido santo.
Damos gracias a Dios porque en esta oportunidad hubo una más que buena concurrencia, sumado a la cantidad de familias que escuchan atentos desde la comodidad de sus casas, amparados por la oscuridad de la noche.
En fin, el asunto es que puedan oír el mensaje y eso de todas formas se cumple.
