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Nadie está libre


Hace unos días, canal 13 de Chile emitió el último capítulo de la serie "Nadie está Libre", perteneciente al género docu-reality, a cargo de la narración estaba el reconocido actor nacional Hector Noguera. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con nosotros?, bastante, sobre todo cuando leemos el título que llevó el último capítulo, "Milagros en Prisión".

"Tito Noguera" nunca se imaginó que iba a ser testigo del enorme poder de Dios y mucho menos en un lugar tan duro como un recinto carcelario. Un Dios en el cual ni siquiera el mismo cree, por lo menos hasta ahora.

Cuando hablo de creer no me refiero al típico católico que dice creer en Dios porque hizo la primera comunión, asiste los domingos a misa y se sabe uno o dos rezos, me refiero a creer de verdad, con el corazón, al punto de intentar a diario estar a tono con Dios y todo aquello que nos dejó escrito en la biblia.


El impacto que la calle 4 [sector de la prisión ocupado exclusivamente por evangélicos] dejó en Noguera fue tan grande, que expresaría frases de tanta significancia como las siguientes:


"Este es un lugar donde el cielo y el infierno están así al lado", o mejor aún
"
No me queda duda, que Cristo vive en sus corazones".



Sinceramente no lo culpo, pues aún para muchos cristianos es difícil creer los increíbles cambios que los reos experimentan al interior de la cárcel. Pero es posible, si lo hizo con nosotros, puede hacerlo con cualquiera, basta sólo una cuota de disposición.

Si eres de los que no vieron el programa ya sea por trabajo, porque estabas viendo otra cosa o porque vives en la quinta región donde se cayó la señal y sólo recibían audio, de seguro te gustaría que repitieran el capítulo. Mientras le escribes al canal para pedirlo, puedes ver el video que canal 13 on line tiene a disposición, en donde Noguera hace la analogía entre cielo e infierno a sólo un metro de distancia.

Por otro lado, te recomiendo que leas los comentarios en el blog
del programa y puedas participar en un pequeño debate que se ha producido, debido a un par de incrédulos que todavía permanecen escépticos del real poder de Dios y exigen un castigo más duro para aquellos nuevos hermanos nuestros que pasan sus días tras las rejas.


¿Es esto verdadero Cristianismo o sólo una forma de evadirse mientras están en prisión?

Bendiciones...