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Creyentes, más felices que Ateos


Según ellos hicieron el descubrimiento del siglo, según yo, no es más que la confirmación a algo que hemos experimentado, de una u otra forma todos los que somos parte del pueblo.

El profesor Andrés Clark y la doctora Orsolya Lelkes, realizaron un "profundo estudio" que les permitió presentar la siguiente afirmación:

La gente que cree en Dios es más feliz que los agnósticos o los ateos.

Los investigadores determinaron que el fervor religioso es positivo para enfrentar las desdichas que puede depararnos la vida.


Según una publicación en Internet, "el trabajo de Andrés Clark y Orsolya Lelkes prueba que las creencias religiosas preparan mejor a las personas que las sostienen para enfrentarse a decepciones de la vida diaria. El creer en algún tipo de Dios omnipresente que "guía y decide nuestro destino", facilita el enfrentarse a temas duros tales como la falta de trabajo, el divorcio o la muerte de un ser querido.
Es posible que el creer que este tipo de eventos obedecen a una voluntad superior quite los sentimientos de culpa o responsabilidad que uno podría tener, delegándolos en un ente sobrenatural."

Frente a esto algunas acotaciones, nadie que no haya vivido una experiencia personal con Dios, sea profesor, doctor o el más sabio de este mundo, puede comprender a cabalidad la manera en que Dios trata con nosotros en forma personal y lo feliz que aquello nos hace.

Segundo, Dios ¡NO DECIDE NUESTRO DESTINO!, si así lo fuese, no existiría el mal. Dios es un padre de amor, los males y problemas que el mundo vive son producto de su propia incapacidad y pecado. Ya quisiera yo que fuera Dios quien decidiera lo que hago cada día, de seguro sería 100% santo.

Tercero, me incomoda oír hablar del termino "fervor religioso", el ateo con tribuna siempre trata de apocar o disminuir al cristiano tratándolo de fanático y fervoroso. Ya lo hacía Marx en sus días de universitario con frases como:

«Yo quiero vengarme de aquel que reina por encima de nosotros.» «Yo lanzaré mi guante a la faz del mundo y me esforzaré por hundir a ese gigante pigmeo.»

Por supuesto, como tantos otros, nunca lo logró y ahora debe estar "dorándose" con toda su filosofía por la eternidad.