Ya nada es como era, la globalización literalmente se comió los tiempos de reflexión y paz que antiguamente teníamos. La televisión por cable e Internet a la mano, no dan tregua y más encima los comerciantes tapizan las vitrinas con costumbres importadas, incontables huevos de coloridos conejos que nada tienen que ver con el sufrimiento de Cristo en la cruz.
Cuando niño en estas fechas, se acostumbraba el silencio. Aún las bocas más coprolálicas temían elevar sus epítetos en respeto por la fecha y si alguno escapaba por descuido, se apresuraban en decir "Agáchate Semana Santa".
Hoy ya ni eso queda. Semana Santa pierde exponencialmente cada año, el respeto y deferencia que a lo largo de muchos años había mantenido. Ahora los días son vistos como "feriados disponibles", días libres que permiten viajar, salir de vacaciones, desquitarse por el fin del verano, visitar al pariente lejano, o como una oportunidad para llenar la casa de huevos de chocolate. [La excusa es hacer feliz a los niños, algo similar a lo que ocurre en navidad, pero extrañamente los que más comen son los adultos.]
¿Dónde se fueron entonces los tiempos de reflexión?, ¿Quién se llevó el recuerdo de Jesús muriendo en la cruz y resucitando al tercer día?, ¿la Internet?, ¿la televisión?, ¿los comerciantes?, ¿Nosotros mismos?
Me parece que "Nosotros Mismos" sería la alternativa correcta. Porque no importa qué tan grande sea la influencia externa, cada cual que tiene conocimiento y ha entendido la importancia de lo vivido por Cristo en la cruz, debe darle el sitial que se merece.
¿Por qué dejar entonces que los días de semana santa pasen sólo como un par de feriados más?, si en la Iglesia donde estás se planifica alguna ocasión de reflexión, aprovéchala. Si alguna actividad de evangelismo, hazla tuya!. Si no la hay aún, pues motívala.
Y si tus niños te exigen huevos de chocolate, entonces edúcalos y no permitas que caigan en una más de las costumbres paganas y hasta a veces sincretistas que denominaciones como el catolicismo no tienen mayor reparo en amparar y no desenmascarar abiertamente.
Bendiciones...
Cuando niño en estas fechas, se acostumbraba el silencio. Aún las bocas más coprolálicas temían elevar sus epítetos en respeto por la fecha y si alguno escapaba por descuido, se apresuraban en decir "Agáchate Semana Santa".
Hoy ya ni eso queda. Semana Santa pierde exponencialmente cada año, el respeto y deferencia que a lo largo de muchos años había mantenido. Ahora los días son vistos como "feriados disponibles", días libres que permiten viajar, salir de vacaciones, desquitarse por el fin del verano, visitar al pariente lejano, o como una oportunidad para llenar la casa de huevos de chocolate. [La excusa es hacer feliz a los niños, algo similar a lo que ocurre en navidad, pero extrañamente los que más comen son los adultos.]
¿Dónde se fueron entonces los tiempos de reflexión?, ¿Quién se llevó el recuerdo de Jesús muriendo en la cruz y resucitando al tercer día?, ¿la Internet?, ¿la televisión?, ¿los comerciantes?, ¿Nosotros mismos?
Me parece que "Nosotros Mismos" sería la alternativa correcta. Porque no importa qué tan grande sea la influencia externa, cada cual que tiene conocimiento y ha entendido la importancia de lo vivido por Cristo en la cruz, debe darle el sitial que se merece.
¿Por qué dejar entonces que los días de semana santa pasen sólo como un par de feriados más?, si en la Iglesia donde estás se planifica alguna ocasión de reflexión, aprovéchala. Si alguna actividad de evangelismo, hazla tuya!. Si no la hay aún, pues motívala.
Y si tus niños te exigen huevos de chocolate, entonces edúcalos y no permitas que caigan en una más de las costumbres paganas y hasta a veces sincretistas que denominaciones como el catolicismo no tienen mayor reparo en amparar y no desenmascarar abiertamente.
Bendiciones...
